Unos días después del último post, a mi chico se le ocurrió pedirme si quería pasar el resto de mi vida junto a él y desde entonces, no he parado. Por supuesto, dije que si y la boda fue el 21 de septiembre. Salió todo estupendamente y disfrutamos tanto del día, que nos gustaría repetir cada fin de semana.
El viaje de novios nos sirvió para conocer nuestra ciudad anhelada, Nueva York y probar los famosísimos cupcakes de Magnolia... Ummm... y para descansar unos días en las playitas del Caribe en Riviera Maya... Pero ahora que ya estamos con los pies en la tierra, he decidido que ya si puedo afrontar esta aventura del blog en serio, con cocina propia y todo!
Aunque la temática de la boda no era la cocina, ha tenido bastante que ver en los preparativos...
A mis amigas les anuncié, con una nota dentro de un cupcake rosa, que nos reservaran la fecha porque nos casábamos...
A mi testigo, le pedí si quería serlo, con un video donde se veía una notita salir de un huevo...
Y el regalo que decidimos hacer a nuestros invitados, fueron unas galletitas decoradas de novios, hechas por nosotros. Mi pobre santo entro de llenó al mundo de la repostería creativa, jajaja.
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En fin, que después de todo, tengo el firme propósito de retomar mi caja como se merece, y pasar por aquí a escribir alguna receta, al menos, una vez por semana.
Besis...
P.D: No podía irme sin presentar a Tati, que entró en mi vida en agosto, y va acompañándome allí donde voy.
