Llevo tanto tiempo esperando este día, que ni me lo creo. Después de infinidad de intentos, y de la misma cantidad de fracasos, por fin he conseguido hacerlos, me han salido los Macarons!!! Y tienen pie!!!!!!!
He buscado mil recetas, leído un montón de libros, consejos, comentarios... y el día que menos lo esperaba: voila!
Me pilló tan desprevenida que tuve que salir corriendo al super a comprar lo necesario para el ganaché, porque ni lo tenía preparado.
Y ni en el más optimista de todos mis pensamientos, había aparecido éste sabor. Ummmm... Impresionantes! Y no solo porque lo diga yo, que soy la madre de las criaturas, todo el que ha llegado a tiempo de probarlos, ha puesto la misma cara de ummmm...
Me hubiera gustado grabarme, delante del horno, con los dedos cruzados y saltando de alegría, jajaja. Cuando ya nos los estabamos comiendo, mi madre me confesó que estaba deseando que me salieran, no solo porque le picaba la curiosidad de ver qué era eso que tanto quería, sobre todo, porque estaba cansada de gastar yemas de huevo sueltas. Cuantas tortillas de solo yema nos habremos comido!!
Y cómo se obró el milagro? Cambiando el tipo de merengue. Hasta ahora, solo lo había intentado con el merengue francés, pero en la semana temática del Padrino (que no había conseguido verla hasta ahora), implicada de lleno en la camorra Siciliana, me propuse hacer el merengue Italiano. Ese merengue que siempre me había echado para atrás porque lo de controlar la temperatura del almíbar, no me daba mucha confianza, pero es mucho más fácil de lo que parece a priori, y mucho más efectivo!!
Y qué receta usé? Pues una mezcla de todas, ahí va...
INGREDIENTES:
- 130 gr. de almendra molida y tamizada!
- 130 gr. de azúcar glass, tamizada!
- 80 gr. de claras de huevo, reposadas en la nevera dos días. (35 gr + 45 gr.)
- 130 gr. de azúcar.
- 35 gr. de agua.
- 1 cucharada de cacao en polvo.
- 140 gr. chocolate para fundir. (Para el ganaché)
- 140 gr. de nata para cocinar. (Para el ganaché)
- Colorantes variados.
ELABORACIÓN:
Sacar las claras del frigo, un ratito antes de la elaboración.
En ese ratito, nos podemos dedicar a hacer la plantilla, que pondremos debajo del papel de cocina, y que tomaremos como referencia para el tamaño de nuestros macarons.
Tamizar muy bien la almendra molida y el azúcar. Hay que tener en cuenta que la cantidad de éstas, es ya tamizada, porque siempre se pierde algo. Éste paso es el más pesado de todo, pero el más importante para conseguir la textura deseada. En absolutamente todos los sitios en los que aparecen recetas y consejos lo recalcan al máximo, y tienen razón, es muy importante.
Cuando tengamos almendras y azúcar bien tamizadas, mezclamos en un bol, y reservamos.
Llega el momento del merengue. Como yo estaba sola en la cocina, y no tengo una amasadora profesional, lo hice paso a paso.
Primero, preparé en un cazo los 130 azúcar y los 35 de agua. Inmediatamente después, puse 35gr. de claras en un bol, y las monté. Seguí, llevando al fuego el cazo que tenía preparado, y aquí es cuando me entraron los nervios. Para hacer el merengue italiano, hay que hervir la mezcla hasta que alcance los 250ºC, 245ºF... Y yo sin termómetro! El truco? tiene que hervir unos 6 minutos. Sabemos que está hecho por estos dos trucos:
- Si dejamos caer u poco de almíbar en agua fría forma una bola. Por
Pepe kitchen
- Basta sumergir una espumadera para rápidamente soplar en los agujetos, si salen pompas, está. Por
Las Recetas de Sara.
Con el almíbar en su punto, lo vertemos, poco a poco, en las claras montadas, a la vez que seguimos batiendo, hasta que esté todo perfectamente integrado.
En la mezcla de almendras y azúcar glass, vertemos los 45gr. de claras restantes, y mezclamos muy bien, hasta conseguir una masa compacta.
Llega el momento de juntar las dos mezclas, con movimientos envolventes. Cuando estén integradas, dividimos en tantas porciones como colores queramos. Yo hice rosa y chocolate, por eso dividí la mezcla en dos boles. En uno, incorporé el cacao, en el otro, un poco de colorante rojo.
Ponemos la mezcla en una manga pastelera, con boquilla redonda ancha, del número 12, por ejemplo, y vamos repartiendo en la bandeja del horno, con papel de cocina. Si hemos hecho la plantilla, podemos ponerla debajo del papel de cocina, y así será reutilizable.
Y ahora, el momento del reposo. Si, reposo. Y no poco!. Para conseguir el maravilloso pie, tienen que reposar, en calma. Cuánto? Dependerá de las condiciones de nuestra cocina, los míos, dos horas, hasta que al tocarlos, no se peguen a los dedos, que será cuando los metamos al horno, previamente precalentado a 150º, durante 10-12 minutos.
Después de sacarlos del horno, y alucinar con el resultado, su pie y toda su redondez, tenemos que hacer la ganaché. Podemos hacerla con cualquier tipo de sabor, porque todos van muy bien. Yo elegí chocolate.
Ponemos en un cazo la nata, y cuando hierva, añadimos el chocolate a trocitos. Removemos muy bien y ya tenemos nuestra ganaché.
Rellenamos y a comer!!
Espero que no haya sido solo un espejismo, y me sigan saliendo siempre. Nos encantan!!!
Besis